La Rutina (I)

PRIMERA PARTE...

Pensamos (o al menos pienso yo) que la rutina es una mierda. Tenemos ( o al menos tengo yo...) una frase mítica: "la rutina me está comiendo".  Y tenemos la sensación (o al menos la tengo yo...) de que la rutina no nos deja hacer lo que realmente queremos hacer (fundamentalmente ir al monte y hacer fotos). Y a lo mejor hasta es así. 

Pero llega un día que la rutina se aparca. Pinta bien, no? No. No me refiero a cuando te vas de vacaciones. Esa rotura de rutina es cojonuda. Como ir de vacaciones a Amalfi, que era lo que teníamos pensado para esta Semana Santa. O como ví el otro día en una foto del face de Mari Paz, en la que su amiga Pilar, por lo visto, se va al caribe... Qué gozada...! Me refiero a la rutina rota de forma obligada por fuerzas desconocidas. Me refiero a que un día vas al monte, en dos días tienes anginas y en cinco días estás preguntándote  dónde cojones está la bendita rutina y por qué puñetas no puedes ir a trabajar hoy.

Eso es lo que me ha pasado a mí esta semana, mi rutina se ha roto. Después de aguantar todo lo que he podido (no era cuestión de tirar por la borda la fama de burros que tenemos los montañeses...) acabé el lunes en urgencias dispuesto a crujirme mi rutina como si fuera un danet cualquiera... Esto no es un diario de a bordo, sólo un relato un poco inconexo de las cosas que han pasado estos días a mi alrededor…

Porque es curioso. En estos casos yo cambio inmediatamente al modo observación… Cuando llegas como enfermo tú te dejas hacer de todo. Literalmente... Aceptas sin rechistar órdenes como "Quítate la camisa y ponte el camisón", "túmbate ahí", "saca la lengua", "más","coge aire", "súbete bien en la camilla"... Y mi favorita, cuando tú estás tumbado y entra una enfermera de mediana edad que está como un queso y una estudiantilla con intenciones que tú ya adivinas perversas (pero como eres un lince, un sexto sentido te dice, por la cantidad de tubos que llevan en la batea, que no viene a jugar a médicos y enfermeras…) y la tía buena te dispara si respirar: "avermajicodameelbrazoquetevamosadarunospinchacicos.Tesuelesmarear?Sitehagodañomedices.Tambiéntevamosahacerunagasometría,quedueleunpoco,porquehayquepincharlaarteria". Tú dices: "pincha sin miedo, pincha...", mientras piensas "perdona, bonita, estás hablando con un montañero curtido en mil cumbres que se merienda jabalíes cuando se le termina el chorizo..."



Estoy muy orgulloso porque no he soltado ni medio quejido. Ya había dicho que no me iba a quejar, así que ahora ya no puedo hacerlo. Aunque después de cuatro venas rotas y conseguida una vía (¡por fin, por Diosooossssssss...!) de flexura (eso sí, de flexura...) y varios intentos de gasometría arterial, lo que el cuerpo me pide es cogerle la jeringuilla y clavársela en el cuello y salir corriendo. Por supuesto, no lo hago, pero no porque esté moralmente mal... fundamentalmente porque no puedo mover un músculo sin boquear como un salmonete fuera del agua...

Como decía, el sistema es fantástico. Tú no te tienes que preocupar de nada. Todo va rodado. Te cogen, al box. Te cogen, fuera del box. Te cogen, a rayos. Te cogen, vuelta a urgencias... Igual que en Nueva York (experiencia interesante con los insurances…) Cuatro horas después al fin tienes un hueco, te cogen y a tu cama. Diagnóstico: Neumonía. Saturación 91, oxígeno 60%... con razón no le podía clavar la jeringuilla en el cuello... Primer contacto con el vecino de habitación, que está empezando a cenar. Ah, los compañeros de habitación...!

Las noches de hospital son míticas también. Y eso que yo no he estado realmente mal… Pero eso de que la enfermera venga a las 10 a poner el corticoide al vecino, a las 11 a ponerte el antibiótico a ti, a las 11 y media, cuando ya parecía que se veía cerca la tranquilidad de la noche, a quitar el corticoide al vecino, a las 11 y media a tomar la temperatura, a las 12 a dar la vueltica…”qué tal, majico, todo bien?” “sí, sí, gracias…" (todo bien hasta tu décima interrupción, Mengueleeeee….! Yo creo que les entrenan con técnicas similares en la CIA, no les dejan dormir hasta que cantan….joder, pero si me lo hubieran preguntado directamente yo hubiera cantado dónde tengo escondidos los tanques, aviones y hasta los planes de avance del ejército ruso sobre Pamplona si hace falta… y a las 8 y media, para poder dormir tranquilo luego, joder…!)

(continuará...)

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